“No admires a nadie si no sabes admirarte a ti mismo”
Anoche hablaba con una amiga sobre hombres. (¿Qué raro no?).
Y llegamos a la misma conclusión que con otra amiga la noche anterior: La base
de las relaciones es la admiración.
Cuando la admiración desaparece la relación se rompe en pedacitos.
Despacio, sin prisa, porque existen otras muchas cosas: cariño, respeto,
costumbre… que se apagan lenta pero inevitablemente cuando desaparece la
admiración.
¿Y qué es la admiración? Según el diccionario es la emoción
que produce a alguien una persona o cosa por tener características
extraordinarias. La otra definición, igual de bonita, es la sorpresa o
extrañeza que alguien causa o siente.
Investigando por la red he descubierto que la admiración
está catalogada como una poderosa arma de seducción. Lo intuía…
Podemos admirar tres cosas:
-
El carácter de una persona
-
Su inteligencia
-
O el curriculum profesional
Son características intelectuales. La admiración puede hacernos idealizar a una persona y es la base en el amor platónico (¿Quién no ha tenido uno?) pero también debe estar presente en el amor real, y como no, en la seducción.
Son características intelectuales. La admiración puede hacernos idealizar a una persona y es la base en el amor platónico (¿Quién no ha tenido uno?) pero también debe estar presente en el amor real, y como no, en la seducción.
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