Según un estudio realizado por la Rotman School of Management de la Universidad de Toronto junto a la Sauder School of Management de la Universidad de British Columbia sobre el efecto del comportamiento sexual en el trabajo, hablar de sexo en el trabajo deprime. (debo reconocer que no es mi caso) Y no solo a los más tímidos, les ocurre incluso a aquellos que más se ríen con las bromas picantes.
Para llegar a estas conclusiones tuvieron en cuenta las bromas de contenido sexual, las insinuaciones entre compañeros, el flirteo y las discusiones sobre problemas sexuales. Solo un 25% de los trabajadores que se expone a este tipo de conductas las encuentra divertidas, reza el estudio.
Y es que parece ser que llevar el sexo al trabajo mina la moral de los empleados, hasta llegar a deprimirse: faltan más días y se sienten menos valorados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario