1 de mayo de 2007

Las vueltas que da la vida!

La primera vez que probé una cerveza, muchos años atrás, pensé “¿como puede gustarle a la gente?”
Mi primera calada a un pitillo me mareó.

Ahora, sin embargo, soy adicta a ambas cosas, más a la segunda que a la primera pero... las dos me las pide el cuerpo en determinados momentos.

Mi primera relación sexual resultó un horrible fracaso, había amor, tierno, de adolescente, pero... eramos inexpertos y desconocíamos los gustos del otro en la materia, dudo incluso que conociesemos los nuestros.

El segundo intento (cerveza, tabaco y sexo) fue menos traumático pero no alcanzaba aún a comprender el por qué de tanta historia y tanto tabú, tantos adictos y tantas prohibiciones.

El tiempo, mi reveldía, mi interés por lo prohibido, por descubrir, por ver el mundo desde mis propios ojos y no por los de aquellos que me habían educado... me incitaron a no cesar en el intento de comprender todo aquel mundo y en esa busqueda me obligué a probar de nuevo.


Pasaron los años y me convertí en fumadora habitual, aficionada a la cerveza y... en una mujer sexualmente liberada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo prohibido siempre nos atrae. Fumar produce cancer,bebiendo muchas cervezas pierdes puntos y foyando ganas placer y salud física y mental...tomemos ésta lección